Se trata de la cuarta sesión del ciclo de «Diálogos I2Latam-Mimir Andino: Tendencias y buenas prácticas en la gestión de la investigación e innovación en Europa y América Latina».

Con más de 61 asistentes de ocho países, el pasado miércoles 15 de septiembre se llevó a cabo la cuarta sesión de los “Diálogos I2Latam-Mimir Andino: Tendencias y buenas prácticas de gestión de la investigación y la innovación en Europa y América Latina” en la cual se conversó sobre Educación y Recursos Humanos para I+D+i.

Elizabeth Colucci, del Observatorio de las Relaciones Unión Europea – América Latina – OBREAL dio inicio al webinar resaltando que, si bien la pandemia mundial ha cambiado la naturaleza de las actividades, se ha aprovechado como una oportunidad para mantener los diálogos, conectar los proyectos y analizar cómo se puede mejorar su impacto trabajando de manera colectiva, particularmente en este momento en el que se ha demostrado la relevancia de la colaboración de las alianzas internacionales frente a los desafíos de investigación y desarrollo.

Carlos Rodrigues, profesor asociado del Departamento de Ciencias Sociales, Políticas y Territoriales de la Universidad de Aveiro de Portugal, dio inicio al panel brindando un contexto sobre el ECIU (por sus siglas en inglés – Consorcio Europeo de Universidades Innovadoras -) conformado por once universidades europeas y actores externos que buscan co-crear soluciones innovadoras relevantes para responder a varios desafíos respecto al desarrollo de la sociedad. Con base en esta necesidad nace el proyecto de la Universidad ECIU, que toma como punto de partida el onceavo objetivo de desarrollo sostenible: «Ciudades y comunidades sostenibles», con el fin de desarrollar un enfoque para la enseñanza e investigación basada en desafíos desde las competencias interdisciplinarias, en conjunto con actores externos como la industria, los gobiernos locales, regionales y nacionales y la sociedad; involucrando así los compromisos de desarrollo cívico que incluyen movilidad de los estudiantes y de personal, convirtiendo a la universidad en una especie de modelo educativo y de investigación para el desafío transnacional.

Posteriormente, Elisa Keating, docente auxiliar de la Universidad de Porto y Coordinadora Ejecutiva del programa IJUP (por sus siglas en portugués – Investigación Joven de la Universidad de Porto-) inició su presentación destacando la necesidad de la sociedad respecto a fomentar la comunicación entre los centros de creación de conocimiento y la industria. El objetivo del programa es fomentar las actividades de investigación entre los estudiantes en dos etapas: en la primera, se organiza una convocatoria de financiación de pequeños proyectos y sus resultados son presentados en la segunda etapa, que es un encuentro con el equipo de las empresas IJUP que financian proyectos de investigación y desarrollo.  Este espacio se aprovecha para exponer el trabajo de investigación aplicada, así como para generar una interacción cercana entre el sector empresarial y el educativo, con el objetivo de resolver los intereses del país. Esto resulta en la promoción del trabajo de campo de los estudiantes que permite la compresión de las dinámicas de negocio de la investigación y el desarrollo, además de generar conocimiento de valor agregado a las empresas desde la multidisciplinariedad. Como resultado, se evidencia una gran colaboración de proyectos y eventualmente el reclutamiento de los estudiantes, enriqueciendo los procesos en ambas partes interesadas.

Los panelistas hicieron referencia a la importancia de la inclusión de las universidades y de la industria, ya que en el trabajo de los estudiantes se evidencia la conexión entre el proceso de aprendizaje y el proceso productivo que genera un enlace práctico con el entorno, e involucra tanto a diversos sectores de la sociedad, como a diferentes niveles de interacción y de respaldo en las universidades.

Por otra parte, se mencionó que uno de los grandes retos en todo este proceso es el lenguaje de las empresas y de la academia; si bien se ha logrado la consolidación de la comunidad, se pueden encontrar diferencias de intereses entre las empresas pequeñas y familiares que no están relacionadas con la importancia de la investigación y las grandes empresas que ya tienen departamentos dedicados a la investigación y el desarrollo.  Lo que lleva a la conclusión de que, desde las universidades se cuenta con la infraestructura para interactuar con la industria y esto se debe articular con una estructura sólida de comunicación en la que se defina exactamente hasta dónde las universidades pueden ayudar en los procesos de las empresas, siendo los estudiantes un punto clave en la interacción. Rodrigues afirma que la contribución más valiosa que hacen las universidades al entorno es el personal capacitado que aporta la academia a la economía y a la sociedad.

Finalmente, Colucci concluye afirmando que en las sesiones de los diálogos se ha interactuado con universidades regionales que cumplen una función muy relevante en sus contextos y trabajan en definir su espacio de cooperación partiendo de objetivos realistas que sirven como ejemplo para las universidades latinoamericanas que tienen similitudes respecto a sus perfiles y a los desafíos de desarrollo.